Obra : De cuerpo presente
Es curioso asociar la muerte de un ser querido con un momento de acercamiento a este, cuando en la mayoría de los casos, sucede todo lo contrario. Nos separa, nos aleja, nos olvida; Sin embargo, para mí fue no fue así, con la muerte de mi abuelo Salvador, surge el duelo a lo no vivido, a lo no sentido, a lo no aprendido y no a lo que alguna vez existió y hoy ya no está.
Este proceso de creación nace como un ejercicio anatómico, en donde con la representación de un cráneo en yeso, que carecía de sentido aparente, toma una resignificación para mí al asociarlo directamente con la profesión del ilustre Salvador, tanatopractor, una profesión un poco fuera de lo común.
Dentro de la obra cada elemento tiene un profundo significado que va ligado a este gran señor, el cráneo como su ultimo rastro de identidad terrenal, una butaca antigua, que representa esa silla vacía que queda tras el paso implacable de la muerte y el vaso de agua, que dentro de mi tradición familiar se asocia con el transito del difunto al más allá, como una especie de “recoger sus pasos”.